No me pidas que no sueñe por favor, eso es algo que no puedo hacer. Si yo dejara de soñar, sería como un ave sin alas, como un coche sin motor, como un sol sin hidrógeno. Simplemente dejaría de ser. Soñar es vivir, soñar es avanzar, soñar es ganar. No me digas que no son más que tonterías que me base en la realidad, que los sueños es para los locos, que los pobres no tenemos derecho a soñar. Si no sueñas no imaginas un futuro, si no sueñas no te ves con la fuerza de poder llegar a ser, si no sueñas no vives porque no ansías poder tener o hacer. Imagina toda la gente que lo único que le queda es soñar porque tienen hijos en hospitales o no los tienen, porque mueren de hambre, porque están hasta arriba de deudas que no pueden pagar, porque viven en un mundo que no podrán abandonar ¿A ellos les dirías que no se paren a soñar? Evasión, amigo, es su primer apellido y fe es el segundo, siempre que las cosas van mal. No tiene nada de malo soñar pero sí que lo tiene vivir para soñar. Sé bien cuál es mi realidad, mis posibilidades y mis límites. No tengo pájaros en la cabeza y no estoy loca por imaginar cómo me gustaría ser, hacer, tener o vivir por un momento un mundo mejor donde poder adquirir la paz y la tranquilidad necesaria para poder seguir. Déjame pues, porque no le hago daño a nadie y lo más importante me hace feliz.