Cántame mi buen ruiseñor
que triste está la mañana,
pues desde que partiste
son añoradas tus serenatas.
Ayúdame a recordar tus colores
que le dan luz a esta mi alma,
pues desde que partiste
se encuentra desamparada.
Quisiera recordar tu ágil aleteo,
volando con brevedad,
tan célico y hermoso
símbolo de libertad.