Háblame de emoción, por favor. Cuéntame cómo es que te despierten con un regalo o veas cumplidos tu sueños gracias a personas que se encuentran a tu lado. Dime, cómo es ver por primera vez los ojos de tu hij@, sus caricias, sus gestos y sus pasos. Descríbeme el miedo por aquellos que se han alejado, que no sabes cuando vuelven pero que ahí están viviendo su vida aunque a veces te cueste aceptarlo. Cómo es perder, levantarse y temer a volver al fracaso. Estar y ver lugares en los que nunca habías estado pero sí con lo que habías soñado. Es curioso como lloramos cuando sentimos orgullo por quién más queremos, o lloramos por aquél/aquella que nos ha hecho el mayor de los daños. Cuéntame, sígueme contando. La rabia que siente el niño cuando no le dan lo que anda buscando o la hija y la madre cuando no se ponen de acuerdo y su comunicación pasa a un tono más elevado pero que termina en el mayor de los abrazos. ¿Cómo es? dímelo. La aversión por el poderoso que se aprovecha del indefenso o el pobre que no puede pagar sus facturas y con niños, le dejan sin nada, sin techo. La tristeza del anciano que le han dejado solo cuando más los necesitaba y busca en los que le cuidan los hijos que nunca llegan y que se encuentran en sus casas. Háblame de emoción, por favor, de cuando dos personas se dan la mano porque eso, es lo que nos hace ser humanos.