No es fácil quererme,
demasiadas sombras
que gritan que te vayas,
que si te quedas
debes cambiar de forma.
Y lo haces….
Hoy, mañana y siempre,
no me dejas,
permaneces a mi lado
indemne y relajado
porque sabes que con un guiño
tienes el terreno ganado.
Eres un pianista que sabe tocar
las teclas exactas
para hacerme mejorar.
Nunca pensé que me entenderían
de la forma con que tú lo haces,
nunca pensé que entrarían
a mi habitación,
esa, que no se abre.
Te hiciste con las llaves desde el principio
y no tengo miedo a que entres,
sólo me aterroriza la idea
de que no te quedes
aquí, eternamente.
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