Querido Adiel
que bueno que escribiste,
me alegra saber de ti
y espero tu llegada,
tranquilo que estaré
en el lugar que me dijiste.
No estoy casada
y no soy profesora,
una vez conocí el amor
y por ello soy madre ahora
pero mi marido me dejó,
murió de una enfermedad
dejándome con mis niños sola.
Años tardé en recomponerme
pero al fin logré estar bien,
ahora vivo con mi prima Irene,
aquella que le faltaba tiempo
para ir a verte.
Añoro nuestras risas
y las conversaciones,
que ganas tengo de chincharte
como lo hacía entonces.
Continuará…