El silencio…me gusta.
Me da paz y tranquilidad.
Estar sola…
no me importa el lugar.
De repente suena la puerta,
le oigo entrar,
mi cuerpo se tensa,
me avisa de que
ya, está detrás.
Se aproxima a mi cama
y me acaricia la pierna,
“ Hola cielo,
juguemos
a la gallinita ciega”
Apaga las luces
y me tapa los ojos,
se inclina sobre mi torso
me besa y entra,
ya soy demasiado grande para jugar
pero no parece importarle
pues cada vez aprieta más.
Después de que ha terminado
me dice que no se lo diga a mamá,
que es el secreto que tiene una hija y su papá.
Pero tengo quince años
y ahora sé como funciona el mundo,
los padres no hacen eso
ni por un segundo.
Y yo me siento enjaulada,
gritando se encuentra mi alma
porque quiere salir de aquí
pero tiene miedo, está marcada.
¿Y cómo hago para sentir?
Sentirme cerca de alguien
sin que quiera huir.
Sin que sienta vergüenza,
no debería de ser así.
La persona que más quiero…
Papá, ¿Porqué a mí?
Historias como esta ocurren mas a menudo de lo que pensamos. Lo mejor es no quedarse en silencio, aunque romperlo sea demasiado difícil.
Saluditos!
Me gustaMe gusta
Es triste que la persona que te sirve de referente sea la que te tiene en esa situación. Y más triste aún que haya personas capaces de hacer eso con sus propias hijas… Muy duro, pero muy bueno. Besitos
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pues si, yo soy de la manera de pensar que si estas enfermo, en la primera y mínima atracción que sientas, vas a pedir ayuda pero no haces esas cosas y de forma reiterada. Muchas gracias por pasarte. Un abrazo
Me gustaLe gusta a 2 personas