Dicen ser diáfanos
puros y cristalinos
pero mienten como bellacos,
pues desde el principio
tergiversan tus palabras
para su propio beneficio.
Cual inocente perezoso
que muestran su mejor cara,
te embelesan a su modo
para que creas que no pasa nada.
Pero no es más que un infundio…
Pues cuando no satisfagas
lo que ellos quieren,
te darán la patada
allí, donde más te duele.