Muero por enredar mis dedos en tu pelo, pero corto es el encuentro en el que tu y yo nos vemos. Muero por darte un beso de los que dicen te quiero pero pronto llega el adiós que nunca espero. Quisiera que te quedaras conmigo, que me echaras de menos tanto como yo quiero quedarme anclada en tu pecho, pero te vas y aquí me quedo esperando a que todo vuelva a ser, como era en enero.